Una vez mi mamá me abandonó, o eso sentí. Yo estaba viviendo en la casa de mi abuela, ella me estaba cuidando porque mi hermana estaba enferma y mis papás vivían en el hospital. Mi mamá volvía, cada tanto, a bañarse a la casa de mi abuela y esa era mi oportunidad para verla. Siempre me avisaban y yo iba a charlar con ella mientras se bañaba y tomaba algunos mates. No recuerdo bien qué hablaba con ella o si sólo la veía hacer sus cosas y volverse a ir. Pero una vez vino y nadie me avisó: a la mañana mi abuela me había dicho que iba a venir mi mamá a bañarse y después del almuerzo me pasó a buscar Melisa y no le pude decir que no, tenía unos esmaltes nuevos que quería mostrarme. En todo momento pensé que mi abuela iba a venir a avisarme, pero no fue así. Volví a la casa a eso de las siete de la tarde, por un instante pensé que quizás mi mamá nunca había ido pero después mi abuela me lo confirmó. “Sí, fue a bañarse y estaba cansada, no quería molestarte porque estaban jugando con Melisa”. Pocas cosas me acuerdo de mi infancia, pero ese momento, cuando mi abuela me cuenta que mi mamá estuvo ahí y no pude verla, lo tengo fresco en la mente. Me acuerdo lo que sentí: la tristeza, la angustia, el llanto, la desesperación y, cruel y profundo, abandono.
El libro que les traigo hoy me llevó a ese día y me volvió a dejar, imperfecta, en el presente.
Una reina perfecta de Inés Garland es un libro de cuentos que tiene como protagonistas a diferentes mujeres y niñas. Mujeres madres, mujeres hijas, mujeres novias, mujeres esposas, mujeres enamoradas, mujeres altas, mujeres incestuosas, mujeres abandónicas, mujeres abusadas. Mujeres. Relatos cortos en donde la figura de la mujer es descompuesta, desmenuzada, profundizada y convertida en plural. No hay mujer, hay mujeres.
Los trece relatos que componen Una reina perfecta parecen tener, encerrado en ellos, un pequeño pedacito de verdad, una porción de certeza. Y eso se debe a que todos los relatos dan cuenta de un sentimiento. Algo incuestionable y salvajemente verdadero como un sentimiento: el abandono, el amor, el cansancio, la curiosidad, el odio y todo eso, mezclado.
“Mamá está seria y tiene la cara muy blanca. La boca despintada queda desnuda y triste y la hace parecer enferma. Cuando escriba esto tendré que admitir que es como una victoria verla así. Y que me da mucho miedo”
Inés Garland nació en Buenos Aires en 1960 y es cuentista, novelista y traductora. Yo la conocí, primero, por sus magníficas traducciones a autoras como Lorrie Moore, Claire Keegan y Bette Howland. Después, cuando llegué a sus textos, me llevé la mágica sorpresa de encontrar algo de todas ellas en lo que la propia Inés escribía.
Club Cinco, la editorial del libro de hoy, se dedica a hacer rescates de libros descatalogados. Ya les hablé de ellos en el #CORTITO_11, a partir del libro Muñecas de Ariel Magnus. Una reina perfecta fue publicado por primera vez en el año 2005 por la editorial Alfaguara. Fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes y quedó fuera de circulación algunos años después. La propia Inés Garland, en diferentes entrevistas, dijo que los cuentos que aparecen en este libro son relatos escritos originalmente cuando ella tenía veinte años. Relatos que trabajó y re-trabajó para dejarlos como los leemos en Una reina perfecta.
Por todo esto es que me parece mágico encontrar rastros de aquellas autoras en lo que Inés escribió mucho antes de traducirlas. Pero entiendo que es la magia que procura un linaje. Los ecos invisibles de otras autoras, de otras mujeres.
El libro arranca con el cuento Una reina perfecta. Ese cuento tiene como protagonista a una nena, chiquita, de unos diez años, que observa todo: su casa, sus hermanas, la mujer que las cuida, su padre, pero — especialmente — observa a ella, a la reina, su madre. Esa observación va a estar teñida de diferentes sentimientos a lo largo del cuento. La madre, completamente fría y distante con su hija, será una figura en la cual la nena depositará admiración, tristeza, amor, incertidumbre y hasta odio. Una mirada compleja de una hija que no puede, aunque lo intenta incansablemente, entender a su madre.
El último cuento de este libro se titula El último día de vacaciones y tiene, también, a una nena como protagonista. El relato arranca con esta frase: “Tengo nueve años y quiero que Amalia sea mi mamá”. La protagonista es amiga de la hija de esta familia, Lourdes, y se fue a pasar con ellos unas vacaciones de verano. Ella quiere, con todas sus fuerzas, formar parte de esa familia o, mejor dicho, ser la hija de Amalia. La adora, la admira y la venera mucho más que a su propia madre.
En las dos puntas de este libro hay dos nenas añorando una madre. En las dos puntas de este libro hay dos mujeres rotas, imperfectas e indescifrables. En las dos puntas de este libro hay mujeres que quieren amor y ser amadas.
“Me quedo ahí, mirándola, y tengo ganas de pedirle que sea mi mamá esa misma noche. Pero no quiero molestarla”
Hay varias cosas en este libro que me hacen acordar a Matilda. Sí, la película. En principio, Matilda y la Señorita Miel, madre e hija por elección. Las ganas de Matilda de encontrar una madre, distinta a la que tiene, se juntan con las ganas de la Señorita Miel de ser madre. Final feliz. Ese sentimiento aparece en los cuentos de Garland pero sin los finales felices.
Ahora, mi cuento favorito no fue ni el primero ni el último, fue el décimo: La penitencia. En ese relato aparece Tronchatoro. La trama arranca contando cómo dos nenas, hermanas, son dejadas — abandonadas — por sus madres al cuidado de una mujer que ellas odian. Esa mujer las trata mal, transpira y todo el tiempo les recuerda que está pensando la penitencia perfecta para hacerles porque ellas se portan mal. No les voy a contar el final pero el cuento expresa, de primera mano, cómo se hace carne el abandono, el terror y el miedo. Todo lo que me generaba Tronchatoro cuando miraba Matilda.
La penitencia me hizo acordar a la escena del comienzo de este Cortito. Esa angustia que se acumula en el pecho cuando sos chico y no entendés por qué, a veces, tu mamá tiene que irse. Ese abandono sin palabras, en completo silencio. Sin herramientas para expresarlo, sin nada más que llanto. Ese sentimiento que nunca le pude expresar a mi mamá y ahora ya no puedo.
Ficha:
📖 Título: Una reina perfecta
✍🏻 Autora: Inés Garland
✏️ Páginas: 106
📚 Editorial: Club Cinco (@clubcincoeditores)
💲 Precio estimado en librerías: $6.300
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Gracias por leer Cortito 💙 Hoy les propongo que le reenvíen este Cortito a sus madres con un archivo adjunto en donde les cuenten absolutamente todos sus traumas *adjunto a continuación*. También les propongo que se tomen un mate y se los perdonen todos.
Un gran abrazo,
Lule.
¡Lo quiero YA! Aguinaldo ¡ven a mi!