#CORTITO_34: Las reliquias de la muerte
Caen dos gotas del cielo y Cortito se pone oscuro 💧🖤
Hay algo de lo que no se habla mucho. No, paren. Cualquier párrafo que arranque así está condenada a fracasar. Me rectifico, quiero decir: existe una dimensión material de la muerte. Por lo general se habla del duelo, del dolor, se habla de lo devastador y desconcertante de la muerte, pero no se habla sobre lo que nos deja, materialmente, la muerte. Ropa, muebles, fotos, papeles, libros, vajilla, cuadros, casas enteras. Cuerpos enterrados o cenizas en cajitas. Las reliquias de la muerte. Muy lejos de Harry Potter pero muy cerca de Frankenstein. Hoy vamos a hablar sobre lo muerto o lo que deviene monstruo.
La mujer que escribió Frankenstein de Esther Cross es una biografía amplificada. Biografía porque este texto nos cuenta la historia de vida de Mary Shelley, la autora de Frankenstein. Y amplificada porque hace mucho más que eso. Este texto trata sobre una persona y, también, sobre una sociedad: sobre el estado de la medicina en Europa del 1800, sobre el tráfico de cuerpos, sobre los cementerios, sobre la muerte y su contrapunto, sobre la vida. Este texto nos habla del contexto que le dio vida a Frankenstein, no solamente sobre Mary Shelley.
“Mary aprendió a leer y escribir su nombre leyendo el nombre de su madre escrito en una tumba: Mary Wollstonecraft Godwin”. Desde el comienzo, Mary escribió sobre lo muerto. “Sobre” en todos los sentidos, a partir de lo muerto como punto de partida o, al contrario, como punto de llegada, escribir de lo muerto, como escuchando su sonido.
“Es una hija obediente -siempre lo fue- y no hizo esas preguntas. Pero escribe una historia y escribir una historia es hacer preguntas. Para ella, la muerte no es, por otro lado, silenciosa”
Esther Cross decidió ser la escritora que escriba sobre otra escritora. En una entrevista que le hicieron en la Biblioteca Nacional ella citó a Virginia Woolf en Un cuarto propio para decir que “los libros descienden de libros como las familias de familias”. La mujer que escribió Frankenstein descendió de Frankenstein de la misma manera que Cross descendió de Mary Shelley. Una escritora que encuentra en otra escritora el lazo virtuoso entre la vida y la obra. Ese cruce que se da cuando Cross, investigando para otro libro, encuentra una mini biografía de Mary Shelley en donde se contaba que la autora de Frankenstein se había quedado con el corazón de su esposo muerto. Mary Shelley envolvió el corazón de Shelley en las primeras paginas de Adonais, un poema de su esposo. Esa reliquia la acompaño hasta su muerte y, de hecho, hasta el día de hoy permanece en su tumba. La enterraron con el corazón de él. El cruce entre vida y obra es absoluto y, fundamentalmente, virtuoso. Eso fue lo que la fascinó a Esther Cross.
Mary Shelley reescribió Frankenstein, al día de hoy existen varias versiones de la novela que reescribió y reeditó ella misma. Frankenstein, originalmente, era una novela inclasificable, quizás la primera novela de ciencia ficción de la historia escrita por una mujer. Eso para el contexto era inadmisible. Tan inadmisible que hasta era leída de manera errada. Mary Shelley convirtió a Frankenstein, con las sucesivas reescrituras, en una novela gótica. Frankenstein pasó a ser el típico científico loco y el monstruo dejó de ser humano, se convirtió en una aberración, una anormalidad, una barbarie.
En la primera novela de Frankenstein tanto el científico como el monstruo se parecían al lector, estaban del bando de la civilización, eran personas que tomaban decisiones, experimentaban, robaban y mataban, pero eran personas. En los Frankenstein que siguieron estas figuras ya no eran como los lectores, eran otros. “Podían destruirlos, sin destruirse”.
Mary Shelley encontró en su contexto la condición de posibilidad para escribir una novela como Frankenstein pero también encontró su condena.
“Mary Shelley no escribía como el escritor que se informa y sabe, sino como el lector que tiene miedo pero mira”
Hace algunos meses vi una entrevista que Darío Sztajnszrajber le hizo a Mariana Enriquez. La entrevista está bárbara, Mariana hace una pequeña historiografía sobre los distintos tipos de terror en la historia de la literatura que es directamente para tesis de grado. Pero hubo un comentario, casi pasajero, en el cual me quedé pensando bastantes semanas. Ella afirmó haber escrito su mejor libro. Con 50 años, sentada en una terraza tomando vino y hablando sobre sus proyectos venideros, afirmó haber escrito su mejor libro. Algo que no se va a volver a repetir. Y mientras ella sonreía en el video, yo me angustiaba con esa idea. Algo de ese sentimiento encontré en Mary Shelley. De cierto modo, La mujer que escribió Frankenstein me pareció la historia de una mujer que supo, en todo momento, que Frankenstein había sido lo mejor que escribió en su vida. Que nada mejor podía salir de sus manos. De hecho todos los demás libros que se publicaron de Mary salieron con la inscripción “de la autora de Frankenstein” y ninguno tuvo un cuarto del éxito que tuvo Frankenstein. Y acá también radica lo muerto: una escritora que murió cuando escribió su mejor obra.
Una escritora que se muere no es lo mismo que una persona que se muere. Crear vida con lo muerto no es lo mismo a estar loco. Querer vivir después de haber estado muerto no es lo mismo que ser un monstruo. Lo monstruoso es, quizás, lo que no queremos ver de nosotros mismos.
Ficha:
📖 Título: La mujer que escribió Frankenstein
✍🏻 Autora: Esther Cross
🏷️ Género: Biografía
✏️ Páginas: 180
📚 Editorial: Minúscula (@editorialminuscula)
💲 Precio estimado en librerías: $19.990
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¡Estamos muy cerca de la fecha de cumpleaños de Cortito! 💙
Se viene una gran sorpresa gran, estén atentos porque van a ser especialmente invitados 😘
Como siempre, gracias por leer. Pueden colaborar invitándome un cafecito o reenviándole este mail a una persona que sepan que lo va a valorar.
Nos volvemos a leer el viernes 5 de julio.
Abrazo amoroso y beso volador,
Lule.
Siempre que te leo quedo maravillada, no solo porque escribís muy lindo, sino porque traes un punto de vista diferente. Cuando pienso que observo cuasi todo de un libro, llega cortito e ingresa un punto(s) nuevo a la visión e idea de ese libro y nada, lo aprecio mucho.
Qué buen punto de vista! Gracias por compartirlo. Vi esa entrevista a Mariana Enriquez, me encanta escucharla porque, como vos, le dan otra vuelta a lo escrito/dicho/leído. Ahora quiero leer este libro de Cross